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El supervolcán más grande del mundo ha despertado y podría ser la única oportunidad que tenemos para perforarlo y absorber su energía. Este contexto podría ser propicio para comenzar este rincón del mundo en una fuente de energía geotérmica (de la que te contamos más en este artículo). Sin embargo, las opiniones sobre si conviene o no hacerlo están divididas. El problema radica en que las centrales geotérmicas extraen una significativa cantidad de agua subterránea, uno de los ingredientes básicos para la formación de un géiser.
Aunque el agua vuelve a inyectarse en el subsuelo, el proceso no es igual que el natural. Los niveles de agua, la temperatura, la presión y la composición química fluctúan ligeramente. Todos estos aspectos pueden mitigar o hasta destruir formaciones sensibles, como es el caso de los géiseres. National Geographic ha publicado la opinión de Helen Robinson, estudiante de doctorado en la Universidad de Glasgow, quien aseguró que los científicos ya saben cómo mitigar estos efectos.
Un claro ejemplo es el de Islandia, cuya actividad geotérmica es un referente. Aprovechan su potencia volcánica a base de iniciativas y su uso tiene escasos impactos medioambientales. De hecho, el 90% de los ciudadanos/as de Islandia viven en casas con calefacción geotérmica y el 25% de su electricidad se genera a partir de esta misma energía. Robinson advierte que el éxito de Islandia tiene que ver con que las compañías de geotérmica analizan dónde perforar y mantiene los pozos alejados de los géiseres.
El supervolcán del que hablamos se encuentra en el rincón noroeste de Wyoming, donde 10.000 formaciones hidrotermales cambian el panorama del parque nacional de Yellowstone. Hace años que Yellowstone y otros parques nacionales están protegidos frente a la explotación energética comercial para salvaguardar que sigan prístinas. Yellowstone es alcanzado por la ley estadounidense de energía geotérmica de 1970, que prohíbe la construcción de centrales geotérmicas en parques nacionales.
La energía geotérmica alberga un exorbitante potencial como energía limpia, pero también acarrea desventajas como las mencionadas anteriormente. Además, si nuevas centrales energéticas quisieran llegar a la zona también tendrían que enfrentarse con la resistencia de las comunidades locales preocupadas por la preservación del medio ambiente.
Las áreas geotérmicas de Yellowstone abarcan varias cuentas de géiseres en el parque nacionales y otros elementos como aguas terminales, ollas de barro y fumarolas. La cifra de características térmicas en Yellowstone se ubica en alrededor de 10.000. Un análisis completado en 2011 halló 1.283 géiseres que entraron en erupción en Yellowstone. De esos, 465 permanecieron activos durante un año.
Estos quedan repartidos entre 9 cuencas de géiseres, con algunos géiseres distribuidos en áreas terminales más pequeñas en todo el parque. Los números de géiseres en cada cuenca quedan de la siguiente forma: Cuenca del géiser superior (410), Cuenca del géiser Midway (59), Cuenca del géiser inferior (283), Cuenca del géiser Norris (193), Cuenca del géiser West Thumb (84), Géiser Gibbon Cuenca (24), Cuenca del géiser Lone Star (21), Cuenca del géiser Shoshone (107), Cuenca del géiser del lago Heart (69), otras áreas (33).
El supervolcán más grande del mundo tiene una energía revolucionaria, pero muchos no quieren utilizarla
Si un proyecto de estas características (como los de Islandia) llegara al parque podría desviar fácilmente el sistema hidrotermal subterráneo del supervolcán, dejando intactas las formaciones superficiales, y perforar a una profundidad para producir energía geotérmica, según Maria Richards, coordinadora del laboratorio geotérmico de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas, cuyo testimonio también publicó el medio ya nombrado.
No obstante, no es partidaria de perforar en esta zona, ya que la central no pasaría desapercibida en una zona tan prístina, sumado al hecho de que es un parque natural. En definitiva, el supervolcán más grande del planeta podría ser una importante fuente de energía geotérmica, pero por ahora los expertos no optan por explotarlo. Un caso contrario a lo que sucede en España, que está dispuesta a volar por los aires una de sus islas para explotar la energía de sus volcanes.
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